Era un líder indígena Lenca y defensor de derechos humanos y del medio ambiente en Honduras, especialmente reconocido por su labor en la protección del río Gualcarque y la defensa del territorio ancestral de su comunidad. Su trabajo se centraba en garantizar que los recursos naturales y los derechos de los pueblos indígenas fueran respetados frente a proyectos que podrían afectar sus tierras y su manera de vida. Fue asesinado el 30 de abril de 2022 en un contexto de alta violencia contra defensores ambientales e indígenas en Honduras. Hasta el momento, no hay información pública que indique avances judiciales significativos o condenas concretas en su caso, lo que refleja la persistente impunidad que enfrentan quienes defienden los derechos humanos y el medio ambiente en el país. Su muerte evidencia los riesgos que corren los líderes comunitarios y la necesidad urgente de fortalecer mecanismos de protección y justicia para estas poblaciones vulnerables.



