Fue el presidente del patronato de la comunidad garífuna de Aldea de Corozal, en el municipio de La Ceiba, departamento de Atlántida, Honduras. Su labor consistía en representar a su comunidad garífuna, impulsar los derechos territoriales ancestrales, y visibilizar la defensa colectiva de la tierra y los bienes comunes de su pueblo ante intereses que amenazaban ese patrimonio.
Pandy fue asesinado el 2 de marzo de 2021, cuando varios individuos armados atacaron a balazos a él y dos acompañantes en la Aldea de Corozal.
En el hecho murió también otro miembro de la comunidad, y fue uno de los diez defensores de derechos humanos asesinados en Honduras durante 2021, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras. Sobre el estado de la investigación, no se ha divulgado públicamente una sentencia firme o la identificación de los responsables intelectuales del crimen, lo que mantiene al caso en el marco de la impunidad.
